Carne picada:
La carne picada goza de mala fama, ya que la asociamos con carne excesivamente grasa e hipercalórica. Sin embargo, esto no es cierto si está hecha con una carne magra.Es una buena fuente de proteínas de calidad y hierro, necesario para que no tengamos anemia.
También nos aporta vitaminas del grupo B, necesarias para que estemos bien nutridos y para el buen funcionamiento del sistema nervioso.
Láminas de lasaña:
Pasta que representa al cereal que debe estar presente en todas las comidas para que tengamos energía.Los cereales apenas tienen grasa y no tienen colesterol, de manera que introducirlos en nuestra dieta diariamente es una forma sana de obtener energía para realizar nuestras actividades.
Sus proteínas se completan con las proteínas de la carne y las del queso, de manera que es un plato rico en proteínas.
Queso mozzarella seco:
Los lácteos tienen un alto valor nutritivo, siendo alimentos imprescindibles en todas las edades y sobre todo en los niños, personas mayores, en lactancia y embarazo.Fuente importante de calcio que forma parte de los huesos, además influye en el sistema
nervioso, en la contracción muscular y en la circulación.
Añadir queso a nuestros platos es una manera de aumentar la densidad nutricional y así asegurarnos un buen estado nutricional.
El queso puede ser una alternativa a la leche para los intolerantes a la lactosa.
Verduras:
Es una forma diferente y atractiva de comer verdura, siendo este plato recomendable en la dieta infantil para que el niño se vaya habituando a comer verdura.Las verduras que acompañan a la pasta aportan al plato antioxidantes, como el licopeno del tomate y las vitaminas A, E y C, aumentando nuestras defensas y protegiéndonos de muchas enfermedades.
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