Ingredientes:
- 1 solomillo de cerdo de medio kilo aprox.
- 1 lata de champiñones en conserva (opcional)
- Aceite
- Sal
- 2 bricks pequeños de nata para cocinar
- 1 cuña (100 gr. aprox.) de queso Roquefort (también vale queso azul)
- 1 pizca de nuez moscada
Elaboración:
Para empezar limpiamos y cortamos el
solomillo en medallones (rodajitas de 1,5 cm. aproximadamente).
Salpimentamos al gusto y reservamos.
En una sartén bien amplia y altita (si
no tienes, puedes usar una olla), echamos un buen chorreón de aceite y
lo calentamos a fuego medio-fuerte. Con el aceite caliente, doramos los
medallones de solomillo.
Reservamos la carne y en este momento,
yo añadí a la sartén unos champiñones que luego me servirían de
guarnición. Si no quieres hacerlos no pasa nada, aunque son un
acompañamiento estupendo y no se tarda nada en saltearlos un poco.
Con la sartén tal cual está, sin
lavarla, con el aceite que le quede, echamos los dos bricks de nata y la
cuña de queso Roquefort partida en trocitos. La temperatura debe ser
media-alta.
Removemos bien, sin parar, hasta que el queso quede
totalmente deshecho.
Añadimos la pizca de nuez moscada, que le dará un toque fantástico, y removemos bien.
Finalmente, incorporamos a la salsa los
filetes de solomillo que teníamos reservados (y si has hecho la
guarnición de champiñones, puedes echarla también).
Dejamos un par de minutos.
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